1. ¿Por qué este libro se llama así?
Deuteronomio proviene de dos palabras griegas que significan “segunda ley”. Se llama así por el hecho de que registra la repetición de las leyes dadas en el Sinaí, aunque es bueno observar que en esta segunda declaración se añaden algunas pequeñas cláusulas y explicaciones.
2. ¿Por qué fue necesario escribir el libro? ¿Cuál fue el propósito para lo cual fue escrito?
Se hacía necesario escribir y volver a repetir todas las cosas ocurridas, porque en la estadía en el desierto había surgido otra generación que no había conocido las obras y maravillas realizadas por Dios, ni había escuchado directamente las leyes que él había dado. Recordemos que la generación que salió de Egipto murió en el desierto. Es por esta razón que Moisés vuelve a repetir los preceptos y leyes del Sinaí, rememorando también el trato de Dios con ellos a través del desierto. Con esto apuntaba a cuatro fines específicos: Hoff señala que los cuatro propósitos del libro eran:
a) “Preparar al pueblo para la conquista de Canaán” animándolos con la promesa y el mandato: 35 veces. “Jehová tu Dios te ha entregado la tierra” y 34 veces: “Entrad y poseed la tierra”.
b) “Presentar los preceptos de la ley en términos prácticos y espirituales para ser aplicados en la nueva vida en Canaán”.
c) “Dar a Israel instrucciones y advertencias en cuanto a detalles de la conquista los requisitos de los futuros reyes, como distinguir entre los verdaderos y falsos profetas, las bendiciones que trae la obediencia y las consecuencias de la desobediencia”.
d) “Estimular lealtad a Jehová y a su ley. Se puede decir que la enseñanza de Deuteronomio es la exposición del gran mandamiento “Amarás a Jehová tu Dios de todo corazón y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (6:5)
3. ¿Cómo se resumen las exhortaciones y amonestaciones contenidas en este libro?
Primero: Moisés exhorta al pueblo a recordar el amor de Dios hacia ellos durante las peregrinaciones en el desierto para que puedan estar seguros de la continuidad de su cuidado cuando entren en Canaán.
Segundo: Les amonesta a que lean y recuerden siempre la ley, a fin de que puedan gozar siempre de paz y prosperidad.
Tercero: Les recuerda las apostasías y rebeliones pasadas y los amonesta en relación a las consecuencias de estas en el futuro.
4. EL CONTENIDO DEL LIBRO:
a) Repaso de la historia de la peregrinación en el desierto. 1:1-4 al 4:43
b) Re-exposición de la Ley. 4:4 al 26:19
c) Exposición de las profecías relativas al futuro de Israel. Caps. 27 al 30
d) Día finales de Moisés. Caps. 31-34
5. EL PRIMER DISCURSO: UN REPASO DE LA HISTORIA DE LA PEREGRINACIÓN EN EL DSIERTO. 1:1 al 4:39
En este primer discurso Moisés hace énfasis en la providencia y fidelidad de Dios, en su bondad y amor e implora al pueblo a que sea fiel.
Algunos detallitos dignos de mencionar se agregan en esta sección. Vamos a analizarlos, pues los críticos malsanos de las Escrituras los esgrimen para acusar a la Biblia de contradicciones.
Busquemos, antes, Números 13:2 y Compare con 1:22. No existe contradicción alguna. Dios habló a través de la voz del pueblo en este caso. Él le dijo a Moisés que lo escuchara para sacar a luz lo que había en el corazón del pueblo.
En 9:20, Moisés explica algunos detalles extras sobre el problema del becerro de oro. En cambio, no menciona a Coré en el caso de la rebelión de Datán y Abiram “probablemente porque algunos de los hijos de Coré fueron perdonados y permanecían en la congregación. Su pecado había sido alejado y no sería recordado más” (Hoff)
6. SEGUNDO DISCURSO: LA RE-EXPOSICIÓN DE LA LEY. 4:44 al cap. 26
Esta es la porción principal del Libro pues las leyes eran de mayor importancia y Dios había ordenado explícitamente que fuesen repetidas vez tras vez. El contenido de este discurso puede ser resumido de la siguiente forma:
a) La Ley moral y la idolatría. (4:44 – 11:32)
b) Leyes relacionadas con la vida en Canaán. (Caps. 12 – 13)
c) Israel, un pueblo apartado. (14:1-21)
d) El Año Sabático. (14.22 al 16:17)
e) Medidas judiciales, civiles y políticas. (16:18 al 25:19)
f) La naturaleza del Pacto de Dios. (Cap. 26)
Es interesante observar la constante reiteración que se hace sobre el problema de la idolatría y, de igual forma, como Dios establece las pautas para actuar contra ella. Un análisis interesante es el de las cláusulas que establece el Señor para determinar la naturaleza del verdadero profetismo que, en gran medida depende de su apego a la Palabra de Dios, sobre todas las cosas, y no solo por el mero cumplimiento de una profecía.
Todas estas advertencias venían a prever el gran peligro que corría el pueblo de Israel al ponerse en contacto con los pueblos que habría de conquistar.
Se hace énfasis en los deberes religiosos y filiales que debían estar limpios y exentos de toda practica pagana y ser observados cuidadamente en todos sus detalles. Como hemos repetido varias veces, todo iba encaminado a que Israel fuera un pueblo verdaderamente santo.
7. TERCER DISCURSO: LA RENOVACIÓN DEL PACTO. Cap. 10
En este discurso de Moisés, Dios renueva el pacto, donde Dios se compromete a bendecidlos, ayudarlos y prosperarlos tanto en el orden material como en el espiritual si ellos se sometían obedientemente a Él.
El acto simbólico que Dios ordena para recordarles el pacto era el de la proclamación de la Ley desde los montes Gerizim y Ebal. Las bendiciones desde uno y las maldiciones desde el otro, en caso de desobediencias. Estas instrucciones fueron mas tarde aplicadas por Josué. (Jos. 8:35)
Incluida en esta renovación del Pacto, hay toda una serie de visiones proféticas del futuro desobediente de Israel. Esta anticipación de la historia trágica del pueblo judío se ha cumplido literalmente.
8. CUARTO DISCURSO: EL NOMBRAMIENTO DEL SUCESOR DE MOISÉS: JOSUÉ. Cap. 31
Para dejar grabado en el corazón del pueblo toda la verdad contenida en este discurso, Moisés compuso un cántico que prendió rápidamente dentro del pueblo. El último discurso de Moisés es una bendición. Moisés amaba a su pueblo. Él los sacó de Egipto y los guió través del desierto. Intercedió por ellos, repetida veces, en cada una de las crisis nacionales, inclusive, cuando tuvo la oportunidad cuando su estirpe se perpetuara en un nuevo pueblo que Dios habría de crear.
9. LOS ÚLTIMOS DÍAS DE MOISÉS.
Moisés no pudo entrar en la tierra, pro le fue dado verla, sin embargo, más tarde, en un triunfo mayor, Dios le dio la gloriosa oportunidad de entrar en ella durante la transfiguración (Mat. 17:1-4).
Moisés es un símbolo o tipo de Cristo, tal y como se indica en 18:8. Es notable que la mayoría de los textos utilizados por el Señor fueron tomados de Deuteronomio, especialmente la respuesta a Satanás en el desierto.
Por otra parte, Moisés representa la Ley como forma de traer al pueblo a su heredad . POR UN SOLO ACTO DE DESOBEDIENCIA (32:51-52) Fue descalificado como representante de Israel y así quedó para Josué, contra quien no podía levantarse acusación de fracaso, al guiar al pueblo escogido. El hombre pecador no puede dar obediencia completa la Ley; pero Cristo, que fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecado, debe llevarnos a través del Jordán de la muerte a la herencia celestial que queda para los hijos de Dios.
GRACIAS pastores por este material tan importante para el estudio de la palabra ya que esto ayuda al pueblo a conocer mas al SEÑOR cada dia.
ResponderEliminaratte. consiervo Guillermo Galan